Small Pencil Cerebristicamente: SOBRE EL PENSAMIENTO FACTICIO

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martes, 15 de noviembre de 2022

SOBRE EL PENSAMIENTO FACTICIO

PENSAMIENTO FACTICIO

No son pocas las personas que algunas veces se han encontrado en situaciones en las que fingir o exagerar resultaba ser la solución de sus problemas. Sin embargo, existe una afección mental, el controvertido trastorno facticio, que se caracteriza principalmente por actuar o fingir una enfermedad o dolencia física y/o mental, a pesar de no tenerla realmente. Por este motivo, estas personas son personas difíciles de diagnosticar por el personal sanitario ya que, a pesar de tener toda la atención médica centrada en el paciente, no consiguen encontrar la raíz del problema. En este artículo de Psicología-Online hablaremos sobre qué es el trastorno facticio, sobre sus síntomas y su tratamiento.

Lo que hacemos a diario

El trastorno facticio es un trastorno mental grave en el cual una persona engaña a los demás elaborando mentiras partiendo de conceptos que se consideran reales en su pensamiento, realizándolo a propósito o lastimándose a sí mismo y a otros, para tener razón.

Trastorno facticio

Trastorno facticio: qué es, síntomas y tratamiento

Según la Organización Mundial de la Salud el trastorno facticio (antes denominado como síndrome de Munchausen), va más allá de la simulación. Ya que el paciente no busca un beneficio o ganancia específica.

Se trata de un trastorno mental grave, la persona que lo padece engaña a otras enfermándose a propósito o lastimándose.

Es un trastorno que no es muy frecuente, pero que merece especial atención ya que al presentarse pone en riesgo la salud e incluso el bienestar de quienes le rodean.

Este trastorno puede llevar a consecuencia incluso letales. Esto significa que en caso de presentar síntomas lo mejor es buscar ayuda profesional, y evitar así la evolución del trastorno.

Es un trastorno mental que se manifiesta en personas adultas al cuidado de otras, producto de un pensamiento incoherente.

La característica principal es que la persona adulta provoca o atribuye sus estados emocionales alterados, enfermedades mentales o síntomas somáticos que experimenta en el cuerpo; como propios y con estos manipula y controla a otros.

Esto se aprende en la infancia, es producto de la mentalidad ego maniaca. Cree y piensa que es un cuerpo y que otros le hacen daño, sin comprender que son sus mismos pensamientos los que alteran su conducta; le hacen actuar con incoherencia y provocan al verdugo que busca para que lo castigue y así culparlo por su malestar.

Tipos

Según el Manual más actualizado de Trastornos Mentales, existen dos tipologías del trastorno facticio, el aplicado a uno mismo y el aplicado a otro.

Dentro del trastorno facticio aplicado a otros, podemos encontrar el síndrome de Munchausen por poderes. Actualmente está considerado como una forma de maltrato infantil, el cual el cuidador del niño/a inventa enfermedades y síntomas o provoca síntomas reales para que parezca que el menor está enfermo.

Diferencia entre trastorno facticio y simulación

La principal diferencia entre el trastorno facticio y los actos de simulación es la intencionalidad de estas acciones. Una persona que actúa, inventa o finge determinados síntomas para obtener un beneficio personal, como, por ejemplo, librarse de algún acontecimiento u obligación, está llevando a cabo un acto de simulación.

En cambio, el trastorno facticio es una psicopatología la cual el paciente también se inventa síntomas y enfermedades, pero su intencionalidad va relacionada con tener una necesidad psicológica de ser cuidado y asumir el papel de enfermo o paciente.

Síntomas del trastorno facticio

Los síntomas del trastorno facticio implican la simulación o producción de enfermedades o lesiones (incluso puede llegar a producirlas), o la exageración de síntomas o de discapacidades para engañar a otras personas. Las personas que padecen el trastorno llegan muy lejos para ocultar el engaño, por lo que puede ser difícil darse cuenta de que en realidad sus síntomas forman parte de un trastorno mental grave. Continúan con el engaño, incluso sin recibir ningún beneficio o recompensa evidente o cuando se enfrentan con pruebas objetivas que no respaldan sus dichos.

Quienes padecen el trastorno pueden llegar demasiado lejos con el propósito de ocultar el engaño, de manera que a veces resulta difícil identificar cuándo se trata del trastorno y cuando es real la enfermedad, gravedad de síntomas o de la discapacidad. Continúan con el engaño, incluso sin recibir ningún beneficio o recompensa evidente o cuando se enfrentan con pruebas objetivas que no respaldan sus dichos.

A continuación una lista de otros de los síntomas que permiten identificar el trastorno facticio:

  • Problemas médicos o psicológicos astutos y convincentes
  • Grandes conocimientos de términos médicos y enfermedades
  • Síntomas vagos o contradictorios
  • Afecciones que empeoran sin razón aparente
  • Buscar atención de muchos médicos u hospitales diferentes, incluso usando un nombre falso
  • Resistencia a permitir que los médicos hablen con familiares, amigos u otros profesionales de salud
  • Afecciones que no responden a las terapias habituales según lo previsto
  • Hospitalizaciones frecuentes
  • Afán por someterse a pruebas frecuentes u operaciones riesgosas
  • Muchas cicatrices quirúrgicas o evidencia de numerosos procedimientos
  • Recibir pocas visitas durante la hospitalización
  • Discusiones con los médicos y el personal

Lo alarmante es que estos síntomas pueden conllevar a complicaciones y acciones que podrían poner en riesgo la vida de quien lo padece y de quienes lo rodean.

Por ejemplo, una persona con una evolución del trastorno facticio puede causarse daños o lesiones, inyectándose bacterias, gasolinas, heces y otras sustancias. También pueden cortarse o quemarse con toda conciencia para mantener el engaño.

Es por ello que ante la presencia de los síntomas lo mejor es que acudas a un psicólogo inmediatamente, así podrás prevenir la evolución del trastorno y no caer en conductas peligrosas.

Otras características asociadas

Los individuos con Trastorno Facticio impuesto a uno mismo o a otra persona presentan alto riesgo de experimentar un gran sufrimiento neuropsicológico o deterioro funcional por los daños causados a sí mismos y a los demás. Las personas cercanas al paciente como los familiares, los amigos y los profesionales de la salud se ven también a veces afectados por su comportamiento. Existen similitudes claras entre los Trastornos Facticios y otros trastornos en cuanto a la persistencia de la conducta y a los esfuerzos intencionados para ocultar el Trastorno de Conducta a través del autoengaño. Hablamos de los Trastornos por Uso de Sustancias, los Trastornos de la Conducta Alimentaria, los Trastornos del Control de Impulsos, la Pedofilia, los- Trastornos de Personalidad. La relación de estos trastornos con los Trastornos de Personalidad es especialmente compleja debido a aspecto como: estilo de vida caótico; relaciones interpersonales alteradas; crisis de identidad; abuso de sustancias; las automutilaciones y las tácticas manipuladoras. A veces presentan también rasgos histriónicos debido a su necesidad de atención y dramatismo. Aunque algunos Trastornos Facticios podrían representar un comportamiento criminal, el comportamiento criminal y la enfermedad mental no son mutuamente excluyentes. El diagnóstico de Trastorno Facticio hace hincapié en la identificación objetiva de la simulación de signos y síntomas de enfermedad, en lugar de inferir sobre la intención o la posible motivación subyacente.

Causas del trastorno facticio

Aunque es un trastorno que se considera poco frecuente, es necesario estar alerta e identificar las causas y factores de riesgo, de manera que se puedan evitar.

Hay causas que no pueden ser controladas, pero conocerlas permite estar alerta ante los síntomas para tomar acción y buscar ayuda a tiempo.

Sin embargo, hay que estar consciente de que no existe una causa única y definitiva, sino una combinación de factores, como psicológicos, vivenciales, entre otros, que originan estrés y provocan la aparición del trastornos facticio.

Entre esos factores que combinándose sirven como escenario para este tipo de trastorno están:

  • Abuso sexual sufrido en la niñez
  • Maltrato emocional o físico
  • Trastornos de la personalidad
  • Depresión
  • Deseo de estar relacionado con médicos o centros médicos
  • Trabajar en el ámbito del cuidado de la salud
  • Una enfermedad grave en la infancia
  • Pérdida de un ser querido
  • Abandono
  • Experiencias pasadas durante un momento de enfermedad
  • Identidad o autoestima deficientes

Trastorno facticio impuesto a otro

El trastorno facticio impuesto a otro (antes llamado «síndrome de Munchausen por poderes») ocurre cuando alguien miente diciendo que otra persona presenta signos y síntomas físicos o psicológicos de enfermedad, o le provoca lesiones o enfermedades a otra persona con la intención de engañar a los demás.

Las personas que padecen este trastorno dicen que otra persona está enferma, lesionada o tiene problemas en sus funciones, y que necesita atención médica. Por lo general, se manifiesta en padres que dañan a un hijo. Esta forma de maltrato puede poner al niño en peligro grave de sufrir lesiones o de recibir atención médica innecesaria.

Cómo fingen enfermedades las personas con trastorno facticio

Como las personas con trastorno facticio se vuelven expertas en fingir síntomas y enfermedades o en producirse lesiones reales a sí mismas, puede ser difícil para los profesionales de salud y sus seres queridos saber si las enfermedades son reales o no.

Las personas con trastorno facticio inventan síntomas o se provocan enfermedades de varias maneras, entre ellas:

  • Exagerar los síntomas existentes. Incluso cuando hay una afección médica o psicológica real, pueden exagerar los síntomas para parecer más enfermas o afectadas de lo que realmente están.
  • Inventar historias. Pueden proporcionar una historia clínica falsa a sus seres queridos, a los profesionales de salud o a los grupos de apoyo; por ejemplo, pueden afirmar que tienen cáncer o SIDA. También pueden falsificar los expedientes médicos para que indiquen una enfermedad.
  • Simular síntomas. Pueden simular síntomas, como dolor de estómago, convulsiones o pérdida del conocimiento.
  • Causarse daños o lesiones. Pueden dañarse a ellas mismas, por ejemplo, inyectándose bacterias, leche, gasolina o heces. Pueden lesionarse, cortarse o quemarse intencionalmente. Pueden tomar medicamentos, como anticoagulantes o medicamentos para la diabetes, para simular enfermedades. También pueden interferir en la cicatrización de las heridas (por ejemplo, reabrir o infectar los cortes).
  • Adulteración. Pueden manipular instrumentos médicos para distorsionar los resultados (por ejemplo, calentar los termómetros). O pueden adulterar los análisis de laboratorio (por ejemplo, contaminar las muestras de orina con sangre u otras sustancias).

Tratamientos

El trastorno facticio generalmente es difícil de tratar por el personal sanitario y, a día de hoy, aún no existe ningún tratamiento que haya resultado ser totalmente eficaz para esta enfermedad.

Sin embargo, el tratamiento psicológico puede ser útil, en concreto, la terapia cognitivo-conductual, ya que permite controlar el estrés y enfrentar desafíos o situaciones. Se ha observado que, mediante esta terapia se puede ayudar a cambiar el comportamiento, el pensamiento de la persona, a gestionar el estrés y la ansiedad y a tratar de raíz el motivo que ha causado este trastorno. El tratamiento psicológico se centrará también en intentar que el paciente reduzca la frecuencia en que acude a los servicios médicos y evitar un mal uso de ellos. Si fuera necesario, se podría utilizar un tratamiento farmacológico para aliviar los síntomas, utilizando antidepresivos o ansiolíticos, siempre bajo el criterio de profesionales médicos.

Lo que se persigue al tratar el Trastorno Facticio, es alterar la conducta del paciente y descartar o disminuir la inadecuada utilización de los recursos médicos y posicionamientos neuropsicológicos que sigan potenciando el trastorno al paciente. Una vez logrado esto, lo siguiente es hallar la causa neuropsicológica de este comportamiento.La psicoterapia hecha por un especialista neuropsicólogo, es el proceso por excelencia utilizando la terapia Cognitivo Conductual que es la más adecuada, ya que funciona sobre la conducta y el pensamiento del individuo. Asimismo, se recomienda la Terapia Familiar y la administración de antidepresivos y ansiolíticos, en casos más complicados y complejos. Algunos especialistas optan por programar entrevistas en sesiones frecuentes, tanto con médicos generales como con neuropsicólogos, para intentar disminuir esa falta de atención que los lleva a inventar síntomas inexistentes. Con una buena estrategia, tanto el Síndrome de Münchausen como el Trastorno Facticio, pueden controlarse y curarse desde una perspectiva de una intervención integral médica conjuntamente con un especialista neuropsicólogo.Lo importante es lograr que el paciente acepte su problema y acceda a aplicar las terapias sugeridas. Hacerlo es vital para prevenir otros trastornos neuropsicológicos y evitar el rechazo de las personas a nivel social, ya que su comportamiento no es bien visto, especialmente cuando se empieza a sospechar de la veracidad de los síntomas expuestos.

Por otra parte, entre las formas de tratamiento puede considerarse tener un médico de cabecera, de atención primaria, de manera que se pueda ir reduciendo hasta eliminar las consultas con especialistas y cirujanos.

Los medicamentos también son necesarios en ocasiones para el tratamiento de trastornos de salud mental asociados al facticio, en este caso deben ser suministrado por un médico especialista.

Factores de riesgo

Hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de padecer el trastorno facticio, entre ellos:

  • Traumas infantiles, tales como abuso sexual o maltrato emocional o físico
  • Una enfermedad grave en la infancia
  • Pérdida de un ser querido por muerte, enfermedad o abandono
  • Experiencias pasadas durante un momento de enfermedad y la atención que despertaron
  • Identidad o autoestima deficientes
  • Trastornos de la personalidad
  • Depresión
  • Deseo de estar relacionado con médicos o centros médicos
  • Trabajar en el ámbito del cuidado de la salud

El trastorno facticio se considera poco frecuente, pero no se sabe cuántas personas lo padecen. Algunas personas usan nombres falsos para que no las detecten, algunas visitan diferentes hospitales y médicos, y algunas nunca se identifican, lo que dificulta realizar una estimación confiable de la cantidad de afectados.

Complicaciones

Las personas con trastorno facticio están dispuestas a arriesgar su vida para que las consideren enfermas. A menudo, también tienen otros trastornos de salud mental. Por lo tanto, afrontan muchas posibles complicaciones, entre ellas:

  • Lesiones o muerte por afecciones autoinfligidas
  • Problemas graves de salud por infecciones o cirugías, u otros procedimientos innecesarios
  • Pérdida de órganos o extremidades por cirugías innecesarias
  • Abuso de alcohol o de otras sustancias
  • Problemas significativos en la vida cotidiana, las relaciones personales y el trabajo
  • Abuso cuando la conducta se inflige a otras personas

¿Provocabas a tus padres o te castigaban sin razón aparente?

Muchas veces en la infancia, y a lo largo de la historia, los adultos han corregido a los infantes. Esto suele comenzar con una advertencia, que el infante desprecia y no acata; provocando la furia de su cuidador.

Esto es una conducta egocéntrica. El infante llama la atención de su verdugo provocándolo; de esta manera se fabrica un hábito, tose para que la madre le dé un jarabe y destruye para que el padre le golpee.

Se crece con el juicio de bueno y malo, bueno tosí lo hice bien hay premio, y malo, destruí, dañé, lo hice mal, hay castigo.

Este pensamiento marca todo el desarrollo de la vida desde la infancia a la vejez, y es lo que lleva a producir las situaciones críticas a lo largo de la vida, te crees y piensas que estás mal y eres culpable, por lo que mereces castigo.

Lo que piensa la mente trastornada

La mente considera maltrato o violencia, todo castigo, sea infantil, intrafamiliar, en las relaciones interpersonales, impersonales e intrapersonal. Todo castigo para la mente y su pensamiento desequilibrado debe desencadenar en actos extremos como el suicidio y el homicidio.

Una mente trastornada solo piensa en muerte.

Cuando está el acusado frente al acusador, la rabia y ataque esta justificado, descargando la furia inmediata.

Cuando no está el acusado aparece el pensamiento rumiante. Este se repite una y otra vez, se guardó el rencor, este rencor es un recuerdo de culpa y debe castigarse a alguien.

En este caso no hay un otro, un cuerpo y una apariencia a quien herir, por lo que la mente empieza a autodestruir el cuerpo; en su pensamiento te dice, eres un cuerpo y una apariencia, lo has hecho mal hay que castigarte, haciéndote daño.

El culpabilizar a otros, enjuiciar, enojarnos con algún objeto, situación o persona. Justificar nuestros errores con el comportamiento ajeno, excusarnos y responsabilizar a otros por nuestra actitud; estallar en ira o mantener actitudes vengativas, son síntomas característicos de este trastorno.

Todo esto es producto de una conducta adquirida. Se ha convertido en un vicio y un hábito normal, por lo que su efecto es colateral; desencadenando situaciones críticas y conflictivas para los individuos, estrés y ansiedad.

Se produce la mitomanía, evasión de responsabilidadesmanipulación de situaciones y otras personas, dependencia emocional y falsas identidades para vivir de las apariencias.

También llevará a exagerar o simular síntomas, inventar historias, causarse daño o lesiones a sí mismas u otros, adulterar información, relaciones, situaciones o sucesos.

Cuándo consultar al médico

Las personas con trastorno facticio pueden ser muy conscientes del riesgo de lesiones o incluso de muerte como resultado del daño que se causan a sí mismas o del tratamiento que solicitan, pero no pueden controlar su conducta y es poco probable que busquen ayuda. Aunque se las enfrente con pruebas objetivas (por ejemplo, con una cinta de video) de que están provocando su enfermedad, con frecuencia lo niegan y se rehúsan a recibir tratamiento psiquiátrico.

Si piensas que un ser querido puede estar exagerando o fingiendo problemas de salud, puede ser útil intentar tener una conversación amable con esa persona sobre tus preocupaciones. Evita la ira, los juicios de valor y las confrontaciones. Además, intenta reforzar y alentar actividades más saludables y productivas en lugar de enfocarte en las creencias y conductas disfuncionales. Bríndale tu apoyo y afecto y, de ser posible, ayúdale a buscar un tratamiento para este trastorno.

Si un ser querido se lastima a sí mismo o intenta suicidarse, llama al 911, pide asistencia médica de urgencia o, si puedes hacerlo de manera segura, intenta llevarlo a una sala de emergencias de inmediato

Prevención

Actualmente, no existe ninguna manera conocida de prevenir el trastorno facticio, ya que se desconocen sus causas. El reconocimiento y tratamiento tempranos del trastorno facticio pueden ayudar a evitar pruebas y tratamientos innecesarios que podrían resultar peligrosos.

Conclusión

Como has podido ver en este artículo, el trastorno facticio requiere de atención debido a las consecuencias que se pueden sufrir debido al descontrol de la conducta en el afán de mantener el engaño.

Por eso no dudes en buscar ayuda al identificar los síntomas, o si tienes un amigo o familiar que los presente recomiéndale la asistencia de un psicólogo.

Así que comparte este artículo para que otros puedan descubrir qué es el trastorno facticio y cómo recibir ayuda.


Este artículo es meramente informativo, en este blog no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Lo propio es acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular