
Por norma general, cuando empezamos a entrenar en un gimnasio tenemos mucha prisa por llevar nuestro cuerpo al límite y conseguir resultados lo antes posible. Sin embargo, no nos damos cuenta de que no importa lo duro que entrenemos si continuamos con hábitos poco saludables como una dieta desequilibrada, no dormir lo suficiente o no dejar al cuerpo el tiempo de descanso suficiente.
Con el cerebro pasa exactamente lo mismo, pues no deja de ser otro músculo de nuestro cuerpo.
A veces hacemos jornadas de más de 8 horas, llegamos a casa y realizamos trabajo extra, respondemos e-mails o atendemos nuestras redes sociales, vemos la tele y antes de ir a la cama consultamos nuestro móvil o nuestra Tablet.
La información que nuestro cerebro recibe a diario quintuplica la cantidad de información que recibíamos en 1986. Teniendo en cuenta este dato, no parece extraño que el estrés y la ansiedad sean problemas muy comunes en nuestra sociedad.
El cerebro humano no está diseñado para estar trabajando y en alerta constante. Es necesario que dejemos espacio para relajar y recargar el cuerpo, pero también el cerebro.
El sueño cuenta
Dormir las horas necesarias nos ayuda a mantenernos concentrados, productivos y sanos. Pero esto es solo la punta del iceberg. Además de cuidar tu sueño, también tienes que desconectar a lo largo del día porque el cerebro solo es capaz de estar concentrado al máximo durante un período de 90 a 120 minutos.
Algunas compañías de Silicon Valley tienen este dato muy en cuenta y por eso animan a sus empleados a cambiar de tarea aproximadamente cada 90 minutos. Esta práctica te ayudará a reducir el estrés, lo que es bueno para el funcionamiento de tu cerebro y tu salud en general.
Puede que estés pensando “¿Y cómo doy un descanso a mi cerebro?”. Te recomendamos que lo hagas, por tu bienestar general y por tu rendimiento en el trabajo.
Pero, ¿realmente descansa el cerebro?
¿Se toma el cerebro un descanso?, podría preguntarse uno. Aunque parezca sorprendente, el cerebro nunca está de vacaciones, aclara Hugo Sánchez Castillo, integrante del Laboratorio de Neuropsicofarmacología y Estimación Temporal de la Facultad de Psicología de la UNAM. De acuerdo con Sánchez Castillo, este vital órgano sólo cesa su actividad con la muerte, sin embargo, en un periodo de descanso, la carga disminuye significativamente.
Al llegar el periodo vacacional, aquellos afortunados que pueden disfrutarlo, es posible distanciarse de muchas actividades cotidianas que generan estrés.
Así es. Ya no necesitamos llevar a los niños a la escuela y podemos relajarnos. Esto trae consigo una reducción en los niveles de cortisol y cambios en los sistemas de dopamina y adrenalina, y tal vez incluso se liberan opioides endógenos como las betaendorfinas, metencefalinas, leuencefalinas y dinorfinas.
Todo esto culmina en la mejora del ciclo sueño-vigilia, funciones cognitivas y una sensación de bienestar general, junto con la recuperación de los sistemas musculoesqueléticos, una información relevante de cara al Día Mundial del Cerebro, conmemorado cada 22 de julio, que nos recuerda Hugo Sánchez Castillo.
En el marco del Día Mundial del Cerebro, conmemorado el 22 de julio, el académico y presidente de la Sociedad Iberoamericana de Neurociencia Aplicada, nos invita a reflexionar sobre cómo el cerebro “desestresado” se manifiesta físicamente en nuestro cuerpo.
“Cuando disminuyen los niveles de estrés, se producen efectos benéficos: una mejora en el ciclo sueño-vigilia se refleja inmediatamente en las funciones cognitivas, en la sensación de bienestar y la recuperación de los sistemas musculoesqueléticos, incluso en nuestra disposición y postura”, detalla Sánchez Castillo.
No obstante, matiza, todo dependerá de cómo aprovechemos los días destinados al descanso. “Hay personas que, incluso en vacaciones, no logran liberarse del estrés. Algunos trabajos, como los servicios de entrega de comida o los destinos turísticos que ofrecen servicios en zonas de gran afluencia, no pueden hacer pausas y para ellos, los periodos vacacionales son momentos de tensión”.
En este sentido, Sánchez Castillo recalca la importancia de vivir las etapas de descanso con serenidad, ya que estas son fundamentales para la recuperación funcional. Un descanso adecuado ayuda a consolidar la memoria, recuperar los sistemas musculares, liberar sistemas cognitivos, reducir la ansiedad e, incluso, incidir en la eficiencia laboral.
“Prestar atención a las necesidades de nuestro cerebro, implica un sueño adecuado, seguir un horario de sueño regular, descansar y realizar actividades lúdicas. Además, es recomendable llevar una dieta equilibrada y evitar el consumo excesivo de alcohol”, aconseja. Y advierte: “No se debe exagerar en las vacaciones, ya que paradójicamente, esto podría resultar en la necesidad de tomar vacaciones”.
Ideas destacadas
- El cerebro nunca cesa completamente su actividad, solo disminuye su carga durante los periodos de descanso.
- El estrés cotidiano puede disminuir durante el periodo vacacional, conduciendo a cambios benéficos en nuestros niveles de cortisol, sistemas de dopamina y adrenalina, y liberación de opioides endógenos.
- Estos cambios inducidos por el descanso culminan en una mejora del ciclo sueño-vigilia, las funciones cognitivas, una sensación general de bienestar y recuperación de los sistemas musculoesqueléticos.
- En el contexto del Día Mundial del Cerebro, se invita a reflexionar sobre cómo un cerebro “desestresado” puede manifestarse físicamente en nuestro cuerpo.
- A pesar de los beneficios del descanso, hay personas que, incluso durante las vacaciones, no logran liberarse del estrés, especialmente aquellas cuyos trabajos no permiten pausas.
- Para obtener los beneficios de la recuperación funcional, es crucial vivir las etapas de descanso con tranquilidad.
- La atención a las necesidades del cerebro implica un sueño adecuado, un horario de sueño regular, descanso, actividades lúdicas, una dieta equilibrada y evitar el consumo excesivo de alcohol.
- Hay que evitar la exageración durante las vacaciones, ya que puede resultar en la necesidad de tomar un descanso de las vacaciones mismas.